miércoles, 27 de diciembre de 2006

LOS TÍTULOS

Titular puede llegar a ser un arte. Me refiero a idear y escoger un título para una canción, para una noticia, para un libro. A veces, el propio título es mejor que el contenido. Me encantan en particular los títulos de los relatos y de algunos de los libros de Javier Marías. Son frases inconclusas que, por eso mismo, te invitan, casi te obligan, a completarlas. Así, “Mientras ellas duermen”, “Cuando fui mortal”, “Corazón tan blanco”, “Mañana en la batalla piensa en mí”, “Serán nostalgias”, “Negra espalda del tiempo”, "Tu rostro mañana"... Algunas fueron entresacadas de alguna otra obra, especialmente de alguna de Shakespeare. Pero el acierto radica no en la frase en sí misma, sino en su elección, en su aislamiento del resto del texto, que, lejos de privarla de sentido, se lo otorga multiplicado por infinito. En ocasiones la clave está en la mutilación, y el enunciado así lisiado insinúa, apunta, pero no dice. Es capaz de sugerir mucho más de lo que la frase completa llegaría a expresar. De hecho, con la simple lectura del título, uno puede hacerse su propio relato, y quedarse en eso, sin adentrarse en la historia que el autor nos cuenta tras esa sugestiva presentación. Por cierto, si me he de juzgar por este blog, desde luego debo concluir que el arte de titular no me ha sido concedido.

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