viernes, 26 de enero de 2007

LA TELEVISIÓN

Hay un interesante artículo publicado en un blog vecino http://serenatasnuevayork.blog.com/ acerca de la televisión en EE.UU. Es un excelente diagnóstico de la situación en ese aspecto y en ese país, que equivale a decir que es un pronóstico de lo que aquí nos llegará en fechas próximas. Aún recuerdo la época en que comenzaron a llegar los primeros culebrones sudamericanos a España, y cómo muchos les auguramos escaso éxito, por su simplismo, cursilería, “predecibilidad”, empalagamiento, etc. Sin embargo, todos sabemos que fueron (siguen siéndolo, a través de sucedáneos) extremadamente populares. Algo así sucedió con los espectáculos morbosos e indignos que llaman reality show, que apelan a los instintos más básicos y que centran el foco sobre los aspectos más despreciables del ser humano, con fines crematísticos. Es cierto que no es nuevo, ya lo hacían los romanos en el circo, o incluso en épocas históricas anteriores; pero también lo es que la civilización consiste en gran medida en dominar bajas pasiones, en cultivar los aspectos más elevados del ser humano, y se supone que es precisamente ahora cuando se ha alcanzado su mayor grado. Subrayo “se supone”. Pues también con respecto a esos programas “basura” que convierten la miseria y la indignidad en espectáculo, nos equivocamos muchos, y resulta que son un éxito (si bien inducido y aun forzado, pues es como la pasta, barato y fácil de digerir). Los que creíamos que ya se había tocado techo, resulta que nos volvemos a equivocar, y como nos hartamos de criticar las costumbres americanas casi con tanta intensidad como entusiasmo ponemos en imitarlas, es previsible que lo que allí hace hoy furor, lo importemos y lo consumamos nosotros en breve: programas en los que se junta a frikis con bellezas (entiendo que inspirado ligeramente en la “La bella y la bestia”, si bien en una lectura cutre y prosaica), y otras tonterías similares.
La cultura surge, entre otras cosas, del ocio, y trata de enriquecer y llenar esa faceta de la vida. Ahora lo que se pretende es trufar ese ocio de basura intelectual, lo que nos empobrece, especialmente a aquellos sectores de la población que más alejados están de los ámbitos intelectuales, por lo que la televisión se convierte en su principal fuente de conocimiento, y son evidentes las consecuencias que puede tener, en distintos aspectos, el hecho de que, en lugar de elevar el espíritu, alimentemos las bajas pasiones. Y no me creo que se programe esa porquería porque existe una demanda social, sino al revés, la gente lo ve porque es lo que le presentan. En otras épocas (de “antediluvianas” podrían calificarse) la televisión (única, luego también el UHF) tenía una programación de calidad y que, encima, entretenía, y aunque por edad yo no la vi, en revisiones de esa época se observa que se emitían obras de teatro clásico y moderno, reportajes de naturaleza de alta calidad (a pesar de los escasos medios), informativos excelentes (el control político existía, ciertamente, pero eso no ha experimentado cambio alguno, salvo en el color político de los que lo ejercen) en los que los sucesos y los deportes no eran lo principal, dibujos animados divertidos y de calidad (Bugs Bunny, los de Disney, etc.), buenas películas, .... Basta conectar el televisor hoy para ver cómo ha cambiado, aparte de la saturación publicitaria, que es otro tema. En fin, que no parece que las cosas vayan a cambiar, y lo que se avecina (el presente de la tele en EE.UU.) es aún peor, si cabe.

viernes, 19 de enero de 2007

LAS PARADOJAS

Me ha llamado la atención un breve artículo que leí el otro día en un periódico, según el cual la lluvia es uno de los mayores riesgos a que se ven sometidas las mariposas. Efectivamente, si el cielo está nublado, la radiación solar disminuye, con lo que las mariposas no pueden calentar sus músculos y se ven impedidas para volar, aparte de que una gota de lluvia que le caiga encima a ese insecto, que no pesa más de medio gramo, le resulta un duro golpe que si, además, le afecta a las alas, se las paraliza. Es decir, la inocuidad o la nocividad no es inherente al objeto, sino que depende del sujeto sobre el que actúa y, así, esa misma lluvia tan letal para la vistosa mariposa, le dará la vida a una planta. Son paradojas, que me han recordado otra que inspiró un poema de Juan de Iriarte y que no me resisto a transcribir:

El imposible mayor
que halla Ovidio, es que del fuego
nazca el agua. Yo lo niego,
que he visto llorar de amor.

jueves, 18 de enero de 2007

UN PUÑADO DE SUERTE


Muchas veces no nos damos cuenta de que, aparte de nuestro mundo cotidiano, existe otro, que no solemos ver más que de pasada, que cuando alguien (la televisión por ejemplo) nos lo muestra en toda su crudeza, nos conturba. Me refiero al de las personas condenadas a sobrevivir con unos pocos euros cada mes o ni siquiera eso. Cada día es una lucha por sobrevivir, no saben si comerán, si, aún teniendo esa suerte, lo harán una sola vez, o si la comida merecerá ese nombre. Además, el mundo suele serles hostil, son despreciados, marginados, apartados. Muchos no se atreven a mirarles, los evitan, los recluirían en algún sitio alejado, si de ellos dependiera. Y, aparte de lo injusto, lo inhumano, lo inmoral y tantos otros adjetivos como me merecería esa actitud, que, he de reconocerlo, a mí tampoco me es ajena, creo que no deberíamos olvidarnos de que nadie está libre de acabar así un día cualquiera. La mala suerte no siempre se ceba con los demás. El azar a veces tiene ese extraño sentido del humor y lo que hoy es fúlgido, mañana puede ser roñoso. La próxima vez que me encuentre con uno de estos “sin techo” o “descamisados” recordaré que la única diferencia entre él y yo se llama “suerte”.