jueves, 29 de marzo de 2007

EL "SPANGLISH"

A mí el spanglish siempre me ha parecido una horterada, una muestra evidente de incultura y una indeseable cesión a los anglosajones, que tan pocas nos han otorgado a los demás. Creía, iluso, que se limitaba a determinados ámbitos geográficos y sociológicos que habían sido colonizados a causa de su menor nivel económico y cultural y su cercanía física a pujantes países, con vocación de continentes. Es decir, consideraba que el fenómeno se limitaba a Puerto Rico (al fin y al cabo desde hace más de cien años bajo el control más o menos intenso de EE.UU., tras robárselo a España), a México o a la población hispana de EE.UU. Sin embargo, observo con inquietud que cada vez más ese spanglish se está haciendo hueco entre las capas más esnob de la sociedad, por considerarlo, al revés de lo que sucede con el “spanglish tradicional” (por decirlo de alguna manera), socialmente prestigioso, aunque, por supuesto, no lo llaman spanglish, sino “globalización”. Y, así, es habitual en el mundo de la Empresa (del business, dirían ellos), no celebrar reuniones, sino meetings; no hacer una llamada telefónica conjunta, sino una conference call, ni una auditoría, sino una due diligence; ya no se hacen listados, sino check list, mientras los puntos para fumadores de los aeropuertos son smoking points, y los programas de vacaciones para los fines de semana, son ahora para los weekends, y, en fin, a nadie se le ocurriría decir “correo electrónico”, si puede decir e-mail. Los que procuramos no ser tan esnob, ni nos apetece lo de ser cool, ni fashion, ni bobos, optamos por no salpicar una conversación con decenas de expresiones en inglés, y, al revés, si somos capaces de expresarnos en un perfecto castellano, sin faltas gramaticales, ni vulgarismos, nos damos por satisfechos. Creo que en ciertos casos, algunos tratan de suplir su imperfecto conocimiento de su lengua introduciendo expresiones en inglés que actúen de disfraz, ocultando aquellos defectos. Por mi parte, y con el permiso de la R.A.E., que lo ha concedido en su diccionario, no escribo ni siquiera “whisky”, si puedo escribir "güisqui". Y, luego, muchos de aquéllos a los que se les llena la boca con todas esas expresiones, critican el Imperialismo yanqui, sin darse cuenta de que uno de los primeros pasos de la colonización es a través de la lengua, y ellos mismos están actuando, así, como una tonta quinta columna. Ya decía Einstein que “Sólo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y no estoy seguro respecto al primero”.

miércoles, 28 de marzo de 2007

¡VIVA LA EÑE!



A veces me he preguntado por qué no se utiliza más a menudo una letra tan nuestra, como es la “ñ”, a modo de símbolo de España. Por ejemplo, ya que ahora está de moda incorporar a la bandera nacional determinados símbolos supuestamente españoles (como el toro de Osborne, que no me acaba de convencer, a decir verdad), yo propongo incorporar una enorme “Ñ” en el centro de la enseña. Esta letra es propia de nuestra lengua mayoritaria, la lleva el nombre de nuestro País e incluso uno de los tacos más habitualmente utilizados por todos. Además, quizá fuera el espaldarazo definitivo a su conservación, en contra de una cultura anglosajona tan omnipresente, tan amenazante a todo lo que le es extraño. Sería un buen momento, justo ahora que se va a incorporar (¡por fin!) la “ñ” a internet, de manera que en breve, según parece, podremos disponer de dominios web con eñe. Brindo por la “Ñ”. Creo que se merece ese honor de colocarse en un lugar preferente de nuestra bandera no oficial, y me gustaría verla pronto en los graderíos de los estadios.

martes, 27 de marzo de 2007

EL DÍA EN QUE LA JUSTICIA SE QUITÓ LA VENDA

Por traer a Otegui a un reciente ¿juicio? -más parecía que se recreaba una novela de Kafka, que se impartía justicia, con un fiscal que cualquiera diría que se había transmutado en abogado defensor; un terrorista o ex-terrorista o lo que sea, que parecía un honrado padre de familia; y este Gobierno nuestro, que cualquier día le pone una calle o lo hace Ministro de Justicia, a este paso-, nuestro País se gastó, según se dice, unos 467.000 euros (más de 77 millones de pesetas). Y ni se sabe cuánto nos está costando mantener tan cuidadito a de Juana, el pobre. El caso es que me he vuelto a acordar de lo que publicaba ayer: los buitres y la niña que agoniza. ¿Cuántas niñas podríamos alimentar con esos 467.000.- euros y lo que sume lo que llevamos gastado con el otro? Yo prefiero salvar niños que alimentar buitres, qué queréis que os diga. Y no es demagogia; es sólo que no doy crédito a lo que está pasando y me estoy volviendo un poco más cínico, en el sentido clásico del término.

lunes, 26 de marzo de 2007

DE NIÑAS Y DE BUITRES




En marzo de 1993 (qué mes y qué año tan tristes) el New York Times publicó una terrible foto, que habría de ganar el Premio Pulitzer, en la que se veía a una niña sudanesa con terribles síntomas de desnutrición, de cuclillas con la cabeza entre sus manos, aparentemente moribunda, mientras, unos metros detrás, un bien cebado buitre la observaba, paciente, a la espera de que la cena estuviera lista. La imagen es estremecedora y a cualquiera le remueve interiormente. Su autor, un tal Kevin Carter, se suicidó al cabo de unos meses de tomar la foto y de recibir el premio. Recientemente, se publicaba en un periódico un artículo acerca de esa, en todo caso, triste historia, para rebatir todos los comentarios que han inspirado en todo este tiempo ambos hechos: la niña moribunda amenazada por el buitre y el suicidio de quien la inmortalizó (menuda paradoja), presumiblemente acorralado por los remordimientos de no haberla salvado llevándosela consigo, por ejemplo. Ni una cosa ni la otra, defendían los articulistas, es decir, la niña no se estaba muriendo, sino que simplemente estaba haciendo sus necesidades, y el fotógrafo no se suicidó por remordimientos, sino que estaba un tanto desequilibrado desde hacía tiempo, y unos días antes había perdido a uno de sus mejores amigos, hecho que actuó como desencadenante. No sé si es cierta esta última versión de la doble historia, aunque tiene visos de verosimilitud (de hecho los articulistas aportaban otra fotografía similar realizada posteriormente en que una niña estaba aparentemente bien de salud y aparecía en el mismo sitio, con un par de buitres detrás, sin que hubiera ningún indicio de que estuviera a punto de morir y de ser devorado su cadáver por los carroñeros). Sin embargo, en la foto famosa la niña tenía un aspecto de grave desnutrición, lo cual no sucede en la segunda. En fin, sea como fuere, el caso es que en realidad viene a ser lo mismo. Si esas niñas no estaban moribundas, eso no desmiente que haya muchas otras que sí lo están en África, en Sudamérica o en Asia; que hay muchos buitres (algunos con corbata y ocupando altos cargos gubernamentales), que se aprovechan de esa situación para enriquecer su insaciable cartera; que nosotros morimos de exceso de comida y los menos afortunados por su falta; y, que debemos reflexionar primero, y, luego, actuar, poniendo un poquito de nuestra parte para que esa situación se equilibre, los buitres se vayan al muladar, y los niños a jugar.

jueves, 22 de marzo de 2007

FRANÇOISE HARDY


Reconozco que me encanta la música francesa, y en particular la interpretada por voces femeninas que rebosan sensualidad y poseen, o al menos aparentan, una personalidad envolvente. Podría referirme a Edith Piaf, desde luego, o, en menor medida, a Mireille Mathieu (más ñoña). Pero yo me quedo con Françoise Hardy, prototipo de la mujer francesa o, tal vez mejor, de la parisina: independiente, con una elegancia natural, misteriosa y delicada. En este asunto no puedo evitar los tópicos, y soy consciente de que se trata de una idealización, pero no tengo ningún interés en descubrir que la realidad me desmiente, ya lo hace demasiado a menudo. Los increíbles ojos azules de Françoise Hardy, que son dos pedacitos de mar en calma, me observan desde la carátula del CD mientras su voz se desliza desde los altavoces de mi ordenador, y suavemente me transporta a una playa de doradas arenas que nunca conocí y a un mar que se confunde con su mirada, mientras la ingenua y triste canción me revela un verano que, me temo, sólo existe en su voz.

Et c'était lui le soleil,/qui faisait nos réveils/chaque matin./Et la mer était belle,/et nous courrions vers elle,/main dans la main./Et puis nous marchions sur la plage./Tu cherchais des coquillages,/comme un enfant./Les mettant à ton oreille/pour entendre, je me rappelle, l'océan dedans./Soleil je t'aime/et pour toujours/tu es fidèle,/mais l'amour/n'est pas souvent comme toi./Pourquoi?/Tu avais toujours si faim,/les fruits mûrs et le vin/étaient pour toi./Tu me grondais quelques fois/lorsque je ne mangeais pas./Ce n'était rien./Et l'eau s'allongait sur le sable/nos rêves étaient semblables./Je me souviens./Nous parlions de la maison,/des enfants que nous aurions,/et nous étions bien./Soleil je t'aime/et pour toujours tu es fidèle,/mais l'amour/n'est pas souvent comme toi./Pourquoi?/Et c'est toujours lui le soleil,/qui fera mes réveils/chaque matin./Soleil d'hiver ou d'été,/il voit les amours passer et les chagrins./Combien faudra-t-il de plage,/combien d'autres visages/pour, comme toi, oublier la maison/et l'enfant aux cheveux blonds/que nous n'aurons pas./Soleil je t'aime et pour toujours/tu es fidèle,/mais l'amour/n'est pas souvent comme toi./Pourquoi?…

(“Soleil”. Françoise Hardy)



miércoles, 21 de marzo de 2007

EL MAGO Y EL POLÍTICO

El mago hizo un gesto y desapareció el hambre. Hizo otro gesto y desapareció la injusticia. Hizo otro gesto y se acabó la guerra. El político hizo un gesto y desapareció el mago.” Esta frase que leí en algún sitio creo que define bastante bien a los políticos, que generalmente no son un medio para conseguir un fin, sino que son un fin en sí mismos. Profesionalizan la carrera, se establecen sustanciosos emolumentos y mejores pensiones, de forma que una vez que han conseguido un cargo de cierto nivel, ya saben que el futuro está en buena medida garantizado. Muchos son corruptos (hay muchas formas de corrupción, unas más sutiles que otras), la mayor parte demagogos, y suelen hacer gala de doble moral. Los sindicatos han derivado (quizá no hay tal derivación, y ya desde el origen eran así) en algo parecido, y al final, los auténticos poderes fácticos, literalmente hablando, son ellos (políticos y sindicatos) y quienes los integran. Desde luego que hay excepciones, pero son pocas, y generalmente quienes con su conducta desmienten este análisis, no suelen hacer carrera, se quedan por el camino, relegados, desengañados. Los políticos han prostituido la Política. El mago de esa frase es el peor enemigo del político, porque si los verdaderos problemas desaparecen, los políticos se convierten en superfluos, prescindibles. Por lo tanto, necesitan los problemas, y si no los hay, los crean. En fin, no sé si ha quedado clara mi opinión acerca de los políticos en general.

martes, 20 de marzo de 2007

NADA


Carmen Laforet ganó el Premio Nadal en su primera edición, a principios de 1945, un año duro, en el que casi todos podrían pensar que el mundo se había vuelto loco. Estaba a punto de finalizar la II Guerra Mundial, esa salvajada de una supuesta civilización, mientras en España se vivía una terrible posguerra, llena de rencores, de hambre y de autarquía. Una Europa desangrándose, negra de odio, y una España que hacía lo que podía por volver a renacer entre las cenizas. Así no creo que fuera fácil ser optimista o hedonista, más bien esas circunstancias orteguianas conducían inexorablemente al existencialismo o al nihilismo.

El Premio le supuso 5.000 pesetas de la época y la publicación de la novela, “Nada”, que así se titulaba. Para unos era una novela insulsa, sin estilo ni valor literario. Sin embargo, grandes autores, como Azorín, la definieron como “magistral” o como una “buena novela” (Ramón J. Sender).

“Nada” (significativo título) es mucho. Es una antigua pero vigente novela. Cuenta una historia oscura, pesimista, de seres sin sueños ni esperanzas, hambrientos y malvados. Un mundo hostil visto desde los apagados ojos de una chica ingenua y resignada, triste y paupérrima. Es un excelente relato de la miseria moral y económica en una sociedad hipócrita y moralmente destruida. La imagen de la escritora, Carmen Laforet, en una pequeña fotografía de la contraportada, refleja a una mujer también triste y apagada, magra y gris, como la protagonista de su novela. Es en definitiva una historia de nada, de un costumbrismo negativo y duro, pero que constituye un análisis sociológico de la época muy interesante.
Es curioso el tratamiento que da a un asunto tan en boga actualmente, para desgracia de las mujeres y vergüenza de los hombres, como son los malos tratos machistas. En la novela se puede observar, no sin cierta estupefacción, la consideración que le merecían a una mujer de entonces. No escandalizaba, se consideraba algo íntimo, en lo que por tanto no cabía inmiscuirse, y comprensible, justificable en cierta medida. Afortunadamente, en ese tema y en otros que centran la novela, como la miseria, la hipocresía social, etc., creo que algo hemos evolucionado, aunque quede mucho camino por recorrer. Tal vez si la novela retratara nuestra sociedad actual, tan globalizada, en lugar de “Nada” podría titularse “Algo”. Quiero creer que sería así.

lunes, 19 de marzo de 2007

CAFÉ SOLO

Su mirada verde, reflejo de un mar de hierba, inundaba mis pensamientos y sólo el café que humeaba entre mis manos logró rescatarme de su añoranza. Me levanté, pagué al camarero gris de chaleco negro y decidí salir a buscarla de nuevo, al alba, entre las ruinas del silencio, atravesando las brumas de su olvido.

viernes, 9 de marzo de 2007

LA MUJER TRABAJADORA

Ayer fue el día de la mujer trabajadora. No voy a valorar lo del “día de”, si es útil o no (quizá en otra ocasión lo haga). En lo que sí me quiero detener es en el tema a que se dedica. Afortunadamente, en el mundo occidental la mujer va consiguiendo poco a poco mayores cotas de igualdad con respecto al hombre, aunque creo que aún insuficientes. Debe avergonzarnos que aún existan casos (muchos, según parece) en los que a igual trabajo, se le asigna distinto salario, según sea hombre o mujer quien lo desempeñe. Entiendo que eso es responsabilidad de las empresas que así contratan, pero también de los legisladores y del sistema judicial que no actúa de forma contundente para evitarlo. Resulta también preocupante que aún hoy se considere como algo sorprendente que una mujer pueda llegar a ser presidente de los EE.UU. o de España o alta directiva de alguna compañía mercantil. Si nos sorprende es porque nos resulta anormal. No es de recibo. Es evidente que hay mujeres más capaces que muchos hombres y al revés, pero su capacidad intelectual o profesional no depende de su sexo, sino de su cerebro y de su actitud. Parece absurdo hacer estas afirmaciones, porque no debería existir duda alguna, pero resulta que no todos lo tienen tan claro (y no hace falta ir a países árabes). Debemos exigir a través de nuestro voto que no exista esa discriminación, pero también tenemos mucho que hacer en terrenos más próximos: en nuestra casa, en nuestro trabajo, en nuestra vida en general. Lo contrario sería injusto e hipócrita.

viernes, 2 de marzo de 2007

MONTERROSO

Augusto Monterroso fue un escritor brillante y original. Si quisiéramos hacer un eslogan, podríamos decir que era el "Rey del microrrelato". El género del microrrelato, como ocurre con otras cosas, por ejemplo con la sopa que hace mi madre, es algo en apariencia sencillo, pero complejo en su ejecución. O, dicho de otra forma, todos podemos escribir un microrrelato o hacer una sopa, pero lo más probable es que, en la mayoría de los casos, en el mío al menos, lo que resulte sea una frase incoherente y un poco de agua caliente, respectivamente. Su microrrelato más famoso es el que dice:

"Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí".

Ha sido objeto de distintos análisis y desde diversas perspectivas, pero yo prefiero interpretarlo a mi manera, sin pretender acertar con su intención (que, según parece, era mucho más sencilla que las rebuscadas interpretaciones de algunos hermeneutas). Es más, en función del momento, lo interpreto de una u otra forma. Hoy, sin ir más lejos, después de que ayer nuestro Gobierno cediera escandalosamente al chantaje de un asesino múltiple, me he despertado y he comprobado que no era una pesadilla, que el dinosaurio de la infamia seguía allí, mirándome y riéndose de mí y de los 25 muertos, y de los ni se sabe heridos, y de sus familias, cuyas lágrimas son su carcajada. Y aunque quise volver a dormirme, no pude, su risa me lo impidió. Y acabé recitando el poema de José Hierro que dice:

Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito "¡Todo!", y el eco dice "¡Nada!".
Grito "¡Nada!", y el eco dice "¡Todo!".
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)

Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.